jueves, 22 de febrero de 2018

THE MARVELOUS MRS MAISEL, Amy Sherman-Palladino, Daniel Palladino




          Mucha gente, y yo el primero, con los dos Globos de Oro que se llevó este año 2018 la serie “The Marvelous Mrs Maisel” (mejor serie de comedia o musical, mejor actriz en serie de comedia o musical). Estaremos eternamente agradecidos por ese repentino ataque de buen gusto y lucidez porque ha servido para darnos a conocer una de las mejores series del momento. Que no fuera muy conocida se explica porque pertenece al catálogo de la plataforma Amazon Prime Video que en España aún no está excesivamente extendida y porque ellos mismos no hacen promociones tan notorias y notables como las que hace Netflix, por ejemplo. También que quien la hubiera visto primero bien pudiera no haber seguido al segundo capítulo: el episodio piloto, que empieza muy bien con Midge haciendo el brindis en su propia boda, decae a los cinco minutos para no recuperarse hasta prácticamente los últimos cinco... Si te aburres y acabas no siguiéndola, te pierdes una maravilla.




Miriam “Midge” Maisel (Rachel Brosnaham) es una joven esposa y madre judía de clase acomodada que vive en Manhattan dedicada en cuerpo y alma en ser la mujer ideal del año 1958. Cuida constantemente de su marido, sus dos hijos, la casa y a la vez luce como ninguna, se cuida, se arregla, va a hacer ejercicio y se mide todos los días para estar siempre estupendísima. Es tal la dedicación a su marido que se ve cómo se acuesta maquillada, espera a que se duerma para desmaquillarse y ponerse rulos y todavía consigue despertar una hora antes que el hombre para quitar los rulos, volver a maquillarse para que su esposo se encuentre al despertar la mujer radiante y espectacular de siempre.
Su marido Joel, al que su tío tiene enchufado en un puesto directivo de su empresa, sueña con ser humorista, triunfar en los clubes contando monólogos. Lo intenta todas las semanas llendo al club GasLight. Con él va Midge, que lleva una agenda donde registra las reacciones del público, que chistes funcionan bien, que chistes funcionan mal y con los estupendos guisos que lleva, le consigue horarios preferentes. Una noche, la actuación es un completo fiasco, no sabe adaptarse ni al monólogo ni al público y todo salta por los aires. Discuten en casa, la culpa a ella por el fracaso y le anuncia que la va a dejar y se va a ir a vivir con su secretaria, con la que hace tiempo que la engaña. Destrozada, Midge, baja al piso de sus padres en busca de consuelo, ayuda y apoyo, pero lo que se encuentra sólo es recriminaciones, más culpas y, cada uno a su manera, la petición de que vaya a recuperarlo, que no puede ser una mujer sin marido... Midge no puede más, algo se rompe y tras beber en exceso, sale a deambular por Nueva York y acaba en el club de siempre. Enfada, defraudada, estafada y, sobre todo, muy borracha, salta de espontánea al escenario y se pone a contar su historia con gran éxito. Descubre, que se le da bastante bien, que le gusta, que tiene mucha gracia y que quiere dedicarse a ello. También de propina que no va a ser tan fácil y que le va a traer muchos quebraderos de cabeza...



Empiezas a ver la serie y en seguida reconoces en los diálogos el estilo de su creadora y guionista Amy Sherman Palladino, responsable, entre otras de una serie histórica de la televisión: Las Chicas Gilmore. Los diálogos de sus personajes son rápidos y ocurrentes y con mucho impacto.

Todo el peso, o al menos el más importante recae en el personaje principal, un papel de los que popularmente se dice un “bombón”, de los que cualquier actriz mataría por uno, pero de los que no muchas podrían salir airosas. Necesitaban una actriz especial, que fuera capaz de expresar todos los matices de este complicado personaje y a la vez, sea muy graciosa. La elección no pudo ser mejor, con la semi-desconocida actriz de 27 años Rachel Bosnaham: le da humor y emoción, encanto y un gran talento cómico. Mrs Maisel es dulce y al mismo tiempo descarada. Intenta ser una esposa perfecta con un gran sentido del humor. Tiene mucho carisma y una personalidad que deja entrever las múltiples capas que la forman.



Si Midge es el centro de toda la historia, son los secundarios los que la complementan hasta hacer una serie tan buena y potente.
Susie Myerson (Alex Borstein) es la encargada de artistas del café Gaslight, una mujer curtida toda la vida en esos ambientes y que cuando escucha por primera vez a Midge ve la clase, la gracia y el talento de quien podría llegar a lo más alto en este mundo. Ella se convierte en su representante. Mientras la intenta llevar al estrellato le enseña a su pupila a (sobre)vivir en unos barrios, los de los clubs, muy distintos a los del hogar de Midge. De paso, aprende sentimientos y humanidad de su representada.



Joel Maisel (Michael Zegen) es el típico marido de clase media de los años 50. Cómico frustrado, marido infiel y directivo enchufado en la empresa de su tío. Es tan egoísta que al primer fracaso sobre los escenarios, decide que es culpa de su mujer y que ella y sus hijos son un lastre que no le permiten triunfar en la vida y por eso decide abandonarles e irse a vivir con su secretaria con la que se llevaba acostando ya un tiempo.


Rose Weissman (Marin Hinkle) es la madre de Midge. Es la sublimación de lo que se supone que tiene que ser la esposa perfecta, lo que intentaba llegar a ser su hija elevado a la máxima potencia. Cree que su hija se ha equivocado, que es una situación temporal y que todo va a volver a ser como antes.


Abe Weissman (Abe Weissman), el padre de Midge. Es profesor de matemáticas en la universidad. Aunque es el primero que pide a su hija que vaya a buscar a su marido y que haga lo que sea para recuperarlo, acaba entendiendo y apoyando a su hija.

Shirley Maisel (Caroline Aaron) y Moishe Maisel (Kevin Pollack) son los padres de Joel, aunque son menos importantes en la trama...


Pudiera ser por no estar acostumbrado a ver series, me choca mucho ver una comedia en episodios de 55 minutos, aunque no le resta atractivo y efectividad
Pero no sólo destaca su reparto y los guiones y diálogos en esta serie, donde se combina a la perfección el humor con el drama y una pizca de tristeza. Toda la serie tiene una factura preciosista. La escenografía y la iluminación tanto en los pisos de Manhattan, como en los grandes almacenes, como en los escenarios más humildes, son excelentes. No se queda atrás el maquillaje y lo que cualquier inepto como yo puede ver a la legua, es que el vestuario de Donna Zakowska es excelente. El armario con todo lo que viste la protagonista en los 8 episodios sería el sueño de una princesa





Midge Maisel es, sin pretenderlo, sin ser consciente de ello, feminista. La serie, básicamente cuenta el proceso de empoderamiento de una mujer que siempre había apoyado a su marido hasta que la abandona por otra mujer, la liberación de una mujer a través de la “stand up comedy”. Ella descubre, que sí sabe hacer reir al público, que tiene talento, carisma y gracia y que no necesita a ningún hombre. Durante el trayecto surgirán miedos, crisis, renuncias, enfados, discusiones, dudas y alegrías y nos permite ver todos los matices de una personalidad compleja como la de Midge Maisel.




TÍTULO: THE MARVELOUS MRS MAISEL
NACIONALIDAD: ESTADOS UNIDOS
AÑO: 2017
DURACIÓN: 8 EPISODIOS DE 55 MINUTOS
DIRECTORES: AMY SHERMAN-PALLADINO, DANIEL PALLADINO
REPARTO: RACHEL BROSNAHAM, ALEX BORSTEIN, MICHAEL ZEGEN, TONI SHALHOUB, MARIN HINKLE, KEVIN POLLACK, CAROLINE AARON.
GUIÓN: AMY SHERMAN-PALLADINO, DANIEL PALLADINO
MÚSICA: ERIC GORFAIN, SAM PHILLIPS
FOTOGRAFÍA: M DAVID MULLEN, ERIC MOYNIER.



martes, 20 de febrero de 2018

THE SHAPE OF WATER (LA FORMA DEL AGUA), Guillermo del Toro





              Elisa (Sally Hawkins) es una joven muda que trabaja limpiando unas instalaciones gubernamentales en cuyo interior hay un laboratorio secreto. Allí llega, custodiado por el coronel Richard Strickland (Michael Shannon) y bajo estrictas medidas de seguridad, un contenedor con un extraño hombre-anfibio (Doug Jones) para ser estudiado por el Dr. Robert Hoffstetler (Michael Stuhlbarg). Al instante, Elisa siente una profunda afinidad hacia "La Criatura"





                           Guillermo del Toro es uno de esos directores con tanta personalidad que si no firmase sus trabajos seríamos capaces de reconocerlas sin ningua duda, Hace siempre cine de género, donde se produce siempre un choque entre lo fantástico y lo realista y, más a menudo de lo que se cree, sus historias van trufadas de "cargas de profundidad" donde el director hace una crítica política. LA FORMA DEL AGUA no se sale de la norma. Décima película del mejicano en 25 años, no ha dejado indiferente a nadie. O la odias o la adoras. Quienes la odian, la acusan de ser un refrito: es una versión de "La Mujer y el Monstruo", de "La Bella y la Bestia" (sin el secuestro ni el síndrome de Estocolmo) o incluso de "King Kong". La protagonista parece la versión norteamericana de Amelie Poulain, muda y con querencia al agua como "La Sirenita", recuerdos a "Splash!" o a "Liberad a Willy (¡Sic!) y final muy E.T., unos escenarios que recuerdan a las películas de ciencia ficción de los 50; que la trama de espionaje (es la parte añadida al guión por Vanessa Taylor) es floja, metida con calzador y resuelta de mala manera; que la actuación de Michael Shannon como el verdadero monstruo de esta historia tras una fachada ideal (con lo que se supone una fantástica familia llena de frustraciones y su coche americano) transcurre  a lo largo de la delgada línea que separa el ser totalmente aterrador del dar vergüenza ajena de tan sobreactuado que parece a veces; también que muchos momentos están cantados, se ven desde el principio (¿Acaso hay alguien que no supiera qué eran las extrañas cicatrices del cuello de la protagonista?) Y reconozco que todo esto es verídico, pero para mí no es suficiente tara para considerar esta maravilla de película como defectuosa. Bajo mi modesta opinión es el homenaje al cine de un director cinéfilo. A un cine, el que consumía en su infancia y juventud justo a sus palomitas y que está lleno de películas de serie B y de esa La Mujer Y El Monstruo q no tenía mucho sentido si al final los protas no acababan juntos queriéndose como cualquier otra pareja.







                                 Ya desde el inicio, con esa escena onírica donde vemos a la protagonista dormir flotando en un apartamento totalmente inundado mientras una voz en off, la del dibujante Giles nos pregunta "¿Qué puedo contarles de la Princesa Muda?", el director mejicano nos sumerge en un maravilloso cuento de hadas, de princesas mudas, de gente minusvalorada, por sus deficiencias físicas, su condición sexual, por su raza... y por monstruos que no son tan monstruos y humanos que demuestran que no hay que ir al Amazonas para encontrar verdaderos monstruos...



  


                                     Todo el reparto está magnífico. Sally Hawkins hace el papel de su vida. El propio director esribió el papel para ella. Y sin una palabra es capaz de dar en cada momento ese matiz necesario para expresar todas las emociones, en una actuación muy "¿chaplinesca?". Espero sea ella quien gane el oscar, aunque Frances MacDormand se lo está poniendo muy difícil... Ella no se acaba de sentir completa, sin el habla y aunque hasta ahora se sentía feliz con su rutina de vida, con los musicales antiguos y su trabajo, con la llegada de "La Criatura" comienza a sentir que le falta algo... Entonces, esa persona débil, frágil, encuentra su fuerza y encabeza ese grupo de marginados que se unen para conseguir llevar a cabo el plan de Elisa. Giles (Richard Jenkins), su vecino, El ilustrador gay que ha perdido su trabajo por su condición social, preocupado por su calvicie y por encontrar empleo, que siente que quizás se ha quedado viejo para seguir ilustrando y para el amor y Zelda (Octavia Spencer) la compañera negra y parlanchina, que protege y se entiende perfectamente con su colega de trabajo y que sufre el racismo de la sociedad y el machismo y la vagancia de su marido. Ellos tres nos demuestran que los héroes sí existen, que el cariño entre unos seres marginales puede mover el mundo y que se puede amar incluso con las circustancias más adversas. En medio ese científico encarnado por Michael Stuhbarg que, por encima de todo es científico. Y luego el verdadero monstruo, uno de los mejores actores de la actualidad: Michael Shannon, el verdadero monstruo de la historia. Un hombre que intenta aparentar ser el ejemplo de la "american way of life" con su familia supuestamente ideal y su buen coche americano, pero que sólo es un sádico que disfruta torturando con su porra eléctrica y acosando a las mujeres en el trabajo...





  



           Es esta una película oscura pero con colores vívidos culpa del excelente trabajo fotográfico de Dan Laustsen, con un predominio de los colores verdeazulados y, en las escenas de violencia, de los rojos. La magia se cimenta en la preciosa banda sonora de Alexandre Desplat que después de ganar Globo de Oro y Bafta, no sería una sorpresa ganase el oscar. El tercer apoyo importante es el del diseño de produción, a cargo de Paul Austerberry, Jeff Melvin y Shane Vieau. Los decorados son espectaculares y muy llamativos. Ese laboratorio con un estilo "retrofuturista", esa casa del coronel que bien parece un empalagoso anuncio del gobierno o ese despacho del dibujante que asemeja un gabinete, un pequeño museo son parte importante en esta historia.







                            Ya desde su debut en Cronos el cine de Guillermo del Toro es una de mis preferidos y este año, con su décima película no me ha defraudado. Sitúa la acción a principios de los años 60 en plena Guerra Fría y en el momento álgido de las carreras armamentísticas y espaciales donde EEUU y Rusia luchaban por la supremacia con todas sus fuerzas. El director ve claramente un paralelismo entre esa época y la actual, donde nos ha llevado la pérdida grande de derechos y que no hemos avanzado como deberíamos y sigue habiendo racismo, xenofobia, machismo, homofobia. Compara, ve muy similar y critica fuertemente el "american way of life" de aquella época con el "Make América great again" de la actualidad para hacer esta maravillosa y espectacular fábula "antiTrump"













TÍTULO: La Forma del Agua
TÍTULO ORIGINAL: "The Shape of Water"
AÑO: 2017
NACIONALIDAD: Estados Unidos.
DURACIÓN: 119 minutos
DIRECTOR: Guillermo del Toro
REPARTO: Sally Hawkins (Elisa), Doug Jones ("La Criatura"), Michael Shannon (Strickland), Octavia Spencer (elda), Richard Jenkins (Giles), Michael Stuhlbarg (Dr. Hoffstetler)
GUIÓN: Guillermo del Toro, Vanessa Taylor
MÚSICA: Alexandre Desplat.
FOTOGRAFÍA: Dan Laustsen.
MONTAJE: Sidney Wolinsky.
DIRECCIÓN ARTÍSTICA: Nigel Owrcher.
DISEÑO DE PRODUCCIÓN: Paul Austerberry, Jeff Melvin y Shane Vieau.

EL SILENCIO DE OTROS (Almudena Carracedo, Robert Bahar, 2018)

        EL SILENCIO DE OTROS nos muestra la lucha silenciada de las víctimas del régimen de Francisco Franco, que aún continúan b...